¿Por qué es bueno andar descalzos?

  • Fuente: Arteli
  • 14 julio 2020

¿Te gusta quitarte los zapatos apenas llegas del trabajo? ¿Te pasas todo el fin de semana descalzo por tu casa?

Ir sin zapatos mejora la circulación de la sangre y fortalece los pies. Permite que la sangre se impulse de mejor manera hacia el corazón. A continuación, te compartimos lo bueno que es.

¿Por qué es bueno andar descalzos?

Este hábito es mejor de lo que imaginabas, sobre todo si nos quitamos el calzado en superficies naturales. El contacto con la naturaleza no tiene precio. Cuando nos acercarnos cada vez más con la madre tierra y el color verde nos empezamos a sentir más felices y relajados. 

Caminar descalzo por algunas horas al día en una superficie limpia como es el interior de nuestra casa o nuestro patio tiene beneficios para la piel, nos ayuda a descansar de los zapatos ajustados y los tacones en el caso de las mujeres. Si caminamos en la arena fina, estaremos masajeando los pies, relajando los músculos y también liberándonos de impurezas. ¡Es como si fuéramos a un centro de belleza y aprovecháremos las ventajas de la exfoliación!

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Es preciso tener en cuenta que cuando nos descalzamos a diario, la piel está desprotegida y más expuesta a diferentes medios (lo mismo que ocurre con las manos o el rostro). Es probable que se deshidrate y reseque. Y recordar que el contacto con el suelo nos acerca a los gérmenes, la suciedad y los residuos. Por lo que se necesita cumplir con una rutina de limpieza diaria e hidratación al menos tres veces a la semana.



Desde el punto de vista óseo, andar descalzos es muy bueno para mejorar la estructura anatómica y los procesos mecánicos del cuerpo.

Andar descalzo permite que la biomecánica del pie cambie y eso se traslade a todos los huesos, reorganizando las cargas y tensiones, aliviando la presión que al caminar con zapatos nos produce.

Lo ideal es caminar descalzos una hora por día, si es en un entorno natural, mucho mejor. Si se vive en la ciudad, al menos hacerlo en casa. Si hace frío, unos calcetines pueden ayudar, aunque es más recomendable andar sin nada que nos pueda presionar o no permitir que los dedos o tobillos se muevan libremente. Al menos pisar una alfombra puede ayudar. 
 
Un buen ejercicio es andar de puntillas y luego sobre los talones, para fortalecer los pies. Y si hacemos deporte, es una buena idea probar si se puede practicar descalzos.